‘Maricón’ es solo una palabra, está claro. Sin embargo, a día de hoy, es un cántico repetido en diferentes escenarios con el objetivo de menoscabar la integridad e identidad de alguien. Un ejemplo de esos escenarios son los estadios deportivos. La lgbtifobia en el deporte está muy presente en nuestro día a día. De hecho, […]
‘Maricón’ es solo una palabra, está claro. Sin embargo, a día de hoy, es un cántico repetido en diferentes escenarios con el objetivo de menoscabar la integridad e identidad de alguien. Un ejemplo de esos escenarios son los estadios deportivos.
La lgbtifobia en el deporte está muy presente en nuestro día a día. De hecho, siempre ha estado intrínseca en el comportamiento propio de las competiciones. Jugadores, árbitros, asistentes… todos han sido víctima o han perpetrado ataques lgbtifóbicos contra otras personas en estos encuentros.
Contra los valores del deporte
El 19 de febrero se conmemora el Día Internacional contra la LGBTIfobia en el Fútbol. Aunque, desde Axel Hotels, hacemos extensiva esta celebración a todos los deportes, pues en todos en mayor o menor medida se producen diariamente este tipo de agresiones.
Practicar deporte implica disciplina, respeto, esfuerzo, dedicación, autoexigencia, motivación, felicidad… estos y muchos más son los valores que transmite la actividad deportiva; y sobre todo nos enseña a «compartir» y a vivir buenos momentos con compañeros y compañeras.
Sin embargo, la lgbtifobia en el deporte es la asignatura pendiente de muchos ellos. El hecho de que, por ejemplo, España sea un país que goza de grandes derechos LGBTIQ+ no significa que estos sean visibles en todas las áreas de la sociedad.
En el deporte existe una invisibilización enorme de las orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género. Y que esto aún se mantenga acallado contrasta con las grandes campañas que los propios clubes han emprendido en contra del racismo para que haya respeto y tolerancia en el campo de juego. Sin embargo, esto no se ha extendido a un colectivo que sigue sufriendo el estigma de la invisibilización en el deporte y que hace que aún no exista ningún futbolista español en activo reconocido abiertamente homosexual.
El 19 de febrero, fecha clave para la lgbtifobia en el deporte
Que no haya actualmente futbolistas españoles reconocidos abiertamente gays no implica que no los haya habido.
Justin Fashanu fue un jugador de fútbol profesional que se declaró públicamente homosexual en el año 1990. Ocurrió durante un partido del Leyton Orient Londinense y el deportista no tuvo reparos en mostrar su orientación sexual.
Años más tarde, en 1998, tras haber vivido un martirio y tras haber recibido acusaciones de un joven menor de edad por supuestas agresiones sexuales, Fashanu optó por quitarse la vida. La policía cerró el caso por falta de pruebas y nunca se pudo demostrar que tales acusaciones fueran ciertas.
Fashanu no quiso irse sin dejar constancia de su decisión. Dejó una nota donde explicaba que la denuncia, las informaciones, las noticias, los comentarios, el rechazo social y el sufrimiento constante le empujaron a suicidarse, y no por ser homosexual, algo de lo que nunca se avergonzó. Fashanu nació un 19 de febrero y en su memoria se escogió este día para reivindicar los colores del arcoíris en el terreno de juego y luchar contra la lgbtifobia en el deporte.
La importancia de referentes LGBTIQ+ en el deporte
El fútbol, y en general todos los deportes, tienen una gran repercusión social. Las niñas y los niños que son seguidores de estos deportes y de sus deportistas favoritos necesitan referentes que transmitan un mensaje coherente, de respeto y libertad, y que ensalzen únicamente los auténticos valores que se deben de entrenar en el campo de juego.
Aún así, a día de hoy existen referentes LGBTIQ+ en el deporte que no se esconden. Una de ellas es Alba Palacios, la primera futbolista transgénero federada en España, quien declaró en una entrevista: «Lo que me daba más miedo era saltar al campo y que la gente me reconociese como un chico. Pero desde que juego nadie me ha dicho nada. El fútbol es muy machista y tenía mucho miedo a la reacción de los chicos. Las mujeres somos más empáticas«.
O Víctor Gutiérrez, waterpolista abiertamente gay, que en su última publicación de Instagram ha declarado lo siguiente: «Es responsabilidad de todos que ningún niño o niña se vea obligado a abandonar su pasión, el deporte, por sentirse diferente, raro o incapaz por el mero hecho de ser gay o lesbiana. Vigilemos nuestro lenguaje, nuestros comportamientos y hagamos del deporte un espacio seguro para todos. ¡Seamos agentes del cambio!»
Gracias a estos referentes que visibilizan y normalizan la deportividad, el respeto y la libertad de querer y ser como tú quieras, es posible que algún día dejemos de invadir el campo de juego con lgbtifobia en el deporte. Y si quieres saber más, consulta nuestro post sobre el Día contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia.