Un año más, el 17 de mayo representa un día fundamental en el calendario de cualquier persona consciente y comprometida. Este día se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia (también Lesbofobia), la Transfobia y la Bifobia. Durante esta jornada, se denuncian los actos de discriminación, violencia y represión que sufren las personas homosexuales, transexuales […]
Un año más, el 17 de mayo representa un día fundamental en el calendario de cualquier persona consciente y comprometida.
Este día se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia (también Lesbofobia), la Transfobia y la Bifobia. Durante esta jornada, se denuncian los actos de discriminación, violencia y represión que sufren las personas homosexuales, transexuales y bisexuales en todo el mundo, así como también se visibilizan y se realizan acciones que promuevan sus derechos a través del diálogo con los medios, las autoridades y la sociedad civil.
¿Por qué el 17 de mayo?
Esta fecha no es fruto del azar. Se eligió este día porque fue un 17 de mayo de 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.
Desde entonces, diferentes movimientos y asociaciones de todo el mundo apostaron por la conmemoración de este día, pero no fue hasta 2005 cuando se celebró por primera vez.
En un principio, la fecha solamente incluía la discriminación por homosexualidad, pero poco después, en 2009, se incluyó también la transexualidad y, finalmente, en 2015, se incorporó la bisexualidad.
La aversión y el rechazo hacia personas que se expresan, sienten y aman de forma diferente a la norma establecida ha provocado que se incluyan en la conmemoración y que se visibilicen como fobias existentes.
También han dado lugar a la celebración de otros días en honor a estas partes del arcoíris, como por ejemplo la importancia del día de la visibilidad trans o el día de la visibilidad lésbica.
Aún una necesidad
Para vergüenza de la sociedad, tanto la homofobia como la transfobia o la bifobia (así como otras muchas fobias vinculadas a la identidad, condición, orientación u expresión de género) siguen estando muy presentes en el día a día.
Pese a que se ha avanzado en numerosos estados en lo que a derechos, respeto y libertad de ser uno mismo se refiere, son muchas las personas que sufren las consecuencias de estas fobias. En al menos 71 países del mundo las relaciones homosexuales se criminalizan, se persiguen, se castigan e incluso se aniquilan con la pena de muerte.
Las personas LGBTIQ+ que viven en estos países son los que sin ninguna duda más sienten el peso de la homofobia, la transfobia y la bifobia. Pero eso no implica que el rechazo, el miedo y la ignorancia traspasen fronteras. Tal es así que incluso en países como el nuestro, aparentemente avanzados en materia de derechos LGBTIQ+, han aumentado notablemente las agresiones homofóbicas.
De hecho, según fuentes recogidas en El Diario, las personas LGBTIQ+ denuncian una media de 50 casos al mes de violencia y discriminación por homofobia, transfobia o bifobia. En 2018, se registraron 345 agresiones por discriminación en la Comunidad de Madrid. En Barcelona, el primer trimestre de 2019 ya incrementó en un 50% las denuncias por acoso y agresión a personas LGBTIQ+ con respecto al mismo período del año anterior.
Como vemos, no solo hay cada vez más casos de violencia hacia las personas del colectivo, sino que también el perfil de agresor es cada vez más joven. Personas que pese haber crecido en países proclives a la libertad y el respeto, mantienen actitudes y formas de pensar intrínsecas ligadas al rechazo, al machismo y al odio.
Esto hace que sea necesario y muy importante visibilizar y continuar luchando en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia para que, algún día, en ningún rincón del planeta, nadie sea humillado, vejado, insultado, golpeado e incluso asesinado por su condición sexual, identidad de género o expresión de género.
Mientras llegue ese día, desafortunadamente, la lucha contra la homofobia, transfobia y bifobia continúa. Debe ser constante y cada vez más fuerte para que alcance magnitudes cada vez más fuertes haciendo calar el mensaje de la libertad y el amor.